Eran dos jóvenes talentosos que encontraron la muerte mientras intentaban ayudar a los demás.
Jack Merritt, de 25 años, y Saskia Jones, de 23, son las dos víctimas mortales del ataque del pasado viernes en la zona del Puente de Londres, en la capital británica.
Ambos murieron apuñalados por el terrorista convicto Usman Khan, de 28 años, quien fue abatido por la policía tras ser neutralizado por varios ciudadanos.
Merritt y Jones eran graduados de la Universidad de Cambridge y asistían a una conferencia del programa Learning Together -de la propia universidad-, que se centra en la rehabilitación de presos.
Él era coordinador del programa y ella voluntaria del mismo.
La familia de Jones dijo que su hija tenía una "gran pasión" por apoyar a las personas que enfrentaban una condena penal.
"Saskia era amable, graciosa y una influencia positiva en la vida de muchas personas", dijo la familia en un comunicado.
"Tenía un maravilloso y travieso sentido del humor y era generosa hasta el punto de querer siempre ver lo mejor de todas las personas".
"Tenía la intención de vivir la vida al máximo y una sed maravillosa de conocimiento, lo que le permitía ser lo mejor que podía ser".
Su muerte "dejará un gran vacío en nuestras vidas", agregó la familia de la joven.
Por su parte, la familia de Merritt lo describió como un "chico talentoso" que "murió haciendo lo que amaba".
"Jack vivía sus principios; creía en la redención y la rehabilitación, no en la venganza, y siempre se ponía del lado de los desvalidos", se lee en un comunicado.
Era una persona "inteligente, reflexiva y empática", agregó la familia.
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