Castigos, vigilancia extrema y la obligación a aceptar que sus conductas pasadas fueron criminales, peligrosas e ilegales.
Es parte del manual de operaciones expuesto en una serie de documentos oficiales chinos que detallan lo que sucede en los campos de detención masivos construidos en la región noroccidental china de Xinjiang, donde son encerrados miles de uigures musulmanes.
La filtración de estos textos altamente clasificados del gobierno de China forma parte de una investigación liderada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) y se considera la mayor filtración de este tipo en décadas.
En ellos, se incluye una lista de 25 directrices donde se detalla cómo los presos, todos de minorías étnicas, son encerrados, adoctrinados y castigados.
Las autoridades chinas han insistido en que los internos no son prisioneros, sino que son estudiantes que aceptan "voluntariamente el entrenamiento" para alejarse de sus ideologías extremistas.
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