El paradisíaco archipiélago de las islas Seychelles sufre una epidemia de enormes proporciones.
Conocido por sus arrecifes de coral, manglares y playas de arena blanca, 360.000 turistas viajan al archipiélago en el Océano Índico cada año para unas vacaciones inolvidables.
Pero más allá de las islas privadas, los resorts de lujo y los restaurantes caros, la pequeña nación está luchando contra una epidemia de heroína.
Entre 5.000 y 6.000 personas de una población total de 94.000 -el equivalente de casi el 10% de la población activa- son adictas a la heroína. Según la Agencia para la Prevención del Abuso de Drogas y la Rehabilitación (APDAR) en las Seychelles.
Per cápita, las Seychelles sufren la tasa más alta de adicción a la heroína en el mundo.
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